Primera parte
I
Ya no conozco la terrible noche anónima de la muerte en el fondo de mi alma está anclada una flota de astros. Estrella de la tarde centinela para que brilles cerca del celestial vientecillo de una isla que me sueña y para que yo anuncie la aurora desde sus altas rocas mis dos ojos unidos te llevan navegando en la estrella de mi justo corazón: ya no conozco esa noche. Ya no conozco los nombres de un mundo que me niega adivino claramente las conchas las hojas los astros mi odio es superfluo en las calles del cielo a menos que sea el sueño que me vuelve a mirar con lágrimas he de cruzar el mar de la inmortalidad estrella de la tarde bajo la curva de tu dorada luz la noche que tan sólo es noche no la conozco ya.
|