Jugué con la nieve del Jelmo me tosté al sol en los olivares de Lesbos arrojé piedras blancas en las playas de Myrtóa tejí cabelleras verdes en la espalda de Etolia. Lugares que me alimentaron con el nomeolvides de la luna y con los zumos del sol hoy sueño con ustedes ojos que los acompañaron con una luz mejor. Ojos para un paseo más bello las noches se vuelven de bronce en sus entrañas paisajes heraclianos Aquel que salga habrá de decir: deslindo la vida sin haber sido alcanzado por los rayos de la muerte Aquel que con un puñado de aire puro habrá de decir: que nazca desnuda una rosa y nacerá Aquel tendrá en su pecho cien siglos pero será joven joven cual vocecita de agua recién extraída que se vierte de un lado del día joven cual retoño de una rama indemne joven sin arrugas de la tierra ni sombras del cielo ni el deleite del placer del pecador.
|