¿Y HEMOS DE llorar porque algún día sufriremos? Sobre los amantes da vueltas el sol, y con sus brazos. Amigos míos de un instante que ya pasó, regocijémonos entre risas y guirnaldas muertas. Aquí las águilas, los tigres, el corazón prestado; en préstamo dados el gozo y la amargura; la muerte, acaso para siempre, por hacerte vivir; por alegrarte tengo, entre huesos, triste el alma. ¿Y habremos de sufrir, entonces, sólo porque un día lloraremos? Giran los amantes libertados con la noche en torno. Entre guirnaldas de un instante, amigos, mientras dura lo que tuvimos, alegrémonos.
El ala del tigre, 1969
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