George Gray
Muchas veces he estudiado el mármol que me cincelaron: un barco con vela aferrada, en bahía, descansando. En verdad es el retrato no de mi destino, sino de mi vida. Pues me ofrecieron amor y huí de su desilusión; la tristeza tocó a mi puerta, pero me dio miedo; me llamó la ambición, pero temía las consecuencias. Y aún así todos los días ansiaba que mi vida significara algo. Ahora comprendo que hay que desplegar la vela y aprovechar los vientos del destino, no importa a dónde lleven el barco. Hallar el significado de la vida puede terminar en locura, pero la vida sin significado es la tortura del insomnio y vagos deseos... Es un barco que anhela el mar, siempre temeroso.
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