Tom Merritt
Al principio empecé a sospechar... estaba tan calmada, casi ausente. Y un día escuché al fondo de la casa un portazo cuando entré por la puerta principal. Lo vi deslizarse detrás de la ahumadora hacia el lote para alcanzar el campo abierto. Quería matarlo a primera vista, pero ese día, mientras caminaba cerca del puente, sin siquiera un palo o una piedra a la mano, lo vi de repente, parado ahí, y no pude decir más que "No, No, No", mientras a mi corazón apuntaba y disparó.
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