Fernando Ferreira de Loanda
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Nota Introductoria
La literatura brasileña ha llegado a considerarse como una de las más iluminadas e intensas del presente siglo. Bastaría mencionar figuras de la dimensión de Manuel Bandeira, Drummond de Andrade o Cecilia Meireles en la poesía y Machado de Assis o Guimarães Rosa en la prosa para percatarnos de su estatura. En los años 45, finalizada la segunda guerra mundial, aparece un grupo de jóvenes poetas que participan de lo que sería el movimiento modernista en su tercera fase1. Ellos son: Lêdo Ivo, Thiago de Mello, João Cabral de Melo Neto, José Paulo Moreira da Fonseca, Octavio Mora, entre otros. Y al lado de estos, Fernando Ferreira de Loanda quien nace en Luanda, Angola, en 1924, y que inmerso en una tradición propensa al asombro, a la rebeldía y a la connaturalidad de los fenómenos humanos, ha destacado como uno de los principales protagonistas de la literatura actual de Brasil. Maricela Terán
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Oda para Jack London
Soy siempre de aquellos 1947
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Ah, soñar con las mudas palabras
Ah, soñar con las mudas
1947
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El ahogado
De alhelíes la sepultura, 1947 |
El ausente
Háblame de las muchachas, háblame de aquellas 1948 |
Oda para Bartolomé Días
I
II
III |
Luisiada
Soy mitad ancla
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Poema
Soy anónima arena, piedra, cactus, palabra, 1956
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Verano
La naranja madura en silencio,
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Invierno
Nos silban, venidos de un sur
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Pastoral
Inmóvil, la amante aguarda, Nova Friburgo,
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Poema de los 30 años
Decoloradas por el tiempo
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Elegía de la calle Itau
Una simiente lanzada a la tierra florece
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El espantapájaros
Azada al hombro,
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Poema para los estudiosos y biógrafos
No me expliquen:
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Campo minado
Mi certeza es la más genuina,
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Poema de los cuarenta años
Veinte años perdí
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Poema del nudo gordiano
Las grandes ciudades industrializan la soledad.
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Sobre los andes
La precariedad de la vida me ahoga y halaga.
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Camino de Uxmal
No coseches verde el poema
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Elegía de la calle Luis Moya
Reitero mi pesar.
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De mi ventana, en un Domingo
El sol nacía más allá de mi ventana con la ternura de
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Carta a un joven poeta
Un tigre de paja no es un tigre.
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Para Octavio Paz
En el salitre fatigado de los vencedores hipoteco 1980
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Kuala Lumpur
a Alvaro Mutis Arrastrado por la fuerza que lleva a las aves a emigrar, 1980 |
Para Jorge Guillén
1980
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Chichicastenango
a Claudia Guillen Cada gota de lluvia tiene un color 1980
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J. T. Hopkins, soldado
Sus dudas y temores 1980
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