Elegía de la calle Luis Moya
Reitero mi pesar. Tu cadáver, ante unos ojos de mujer, discurre, se pierde en meandros. Aún te abrigas de la lluvia y de la ambigüedad; bebes y fumas y estudias los pájaros, las hormigas y las abejas; como las flores que veo en los jarrones, tienes los días contados. Saborea el pedazo de pan y la sardina frita. La revolución tarda, entretente con el vaso de cerveza, mueres a cada trago; no verás la aurora. El atardecer, la marejada y el obeo son bellos. Ante la desnudez de la mujer o de la palabra, vive. No memorices: nadie te argüirá. Cuando tu cuerpo esté rígido, cuando se seque la voz, y los ojos nada lleven a tu abismo laberíntico, no te veas tentado a una última frase. Que te digan begonia o mandacaru1 .
1Variedad de cactus
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