Elegía
Tiembla la misma agua y la misma hoja bajo los golpes del mismo reloj. ¿En qué mundo, en qué sueño te has detenido? Celestial, ¿bajo qué hierbas te quedaste? Se vierten en mí los caminos, todos los que pasaste. El espejo conserva aún tu rostro después de partir. Sin pensamientos, sin ímpetu, sin voz, seco los ojos húmedos con la manga. Un vecino escucha por la pared la negra paciencia del mismo paso.
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