Ha llegado el tiempo En que los poetas residentes escriban acrósticos A las hermanas de los maníaco-depresivos Y a las telefonistas. Los alcohólicos en receso Miran el primer volantín Elevado por el joven psicópata. Sólo un loco rematado Descendiente de alemanes Tiene permiso para ir a comprar "El Mercurio". Tratemos de descifrar Los mensajes clandestinos Que una bandada de tordos Viene a transmitir a los almendros Que traspasan los alambres de púa. William Gray, marino escocés, Pasado su quinto delirium Nos dice que fue peor el que sufrió en el Golfo Pérsico Y recita a Robert Burns Mientras el "Clanmore", su barco, ya está en Tocopilla. Ha llegado el tiempo En que de nuevo se obedece a las campanas Y es bueno comprar coca-cola A los Hermanos Hospitalarios. El Pintor no cree En los tréboles de cuatro hojas Y planea su próximo suicidio Herborizando entre yuyos donde espera hallar cannabis Para enviarla como tarjeta de Pascua A los parientes que lo encerraron. Los caballos aran preparando el barbecho. En labor-terapia los mongólicos comen envases de clorpromazina. Saludo a los amigos muertos de cirrosis Que me alargan la punta florida de las yemas De la avenida de los ciruelos. La Virgen del Carmen Con su sonrisa de yeso azul Contempla a su ahijado Que con los nudillos rotos Dormita al sol atiborrado de Valium 10. (En el Reino de los Cielos Todos los médicos serán dados de baja). Aquí por fin puedes tener Un calendario con todos los días Marcados de rojo O de blanco Es la hora de dormir –oh abandonado– Que junto al inevitable crucifijo de la cabecera Velen por nosotros Nuestra Señora la Apomorfina Nuestro Señor el Antabus El Mogadón, el Pentotal, el Electroshock.
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