El invierno trae caballos blancos que resbalan en la helada. Han encendido fuego para defender los huertos de la bruja blanca de la helada. Entre la blanca humareda se agita el cuidador. El perro entumecido amenaza desde su caseta al témpano flotante de la luna. Esta noche al niño se le perdonará que duerma tarde. En la casa los padres están de fiesta. Pero él abre las ventanas para ver a los enmascarados jinetes que lo esperan en el bosque y sabe que su destino será amar el olor humilde de los senderos nocturnos. El invierno trae aguardiente para el maquinista y el [fogonero. Una estrella perdida tambalea como baliza. Cantos de soldados ebrios que vuelven tarde a sus cuarteles. En la casa ha empezado la fiesta. Pero el niño sabe que la fiesta está en otra parte, y mira por la ventana buscando a los desconocidos que pasará toda la vida tratando de encontrar.
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