En primer plano pliegues, joyas, rostros, flordelisados jinetes usurpan con noticias humanas el velo de la nube en el cielo, el lejano ciprés, las colinas, los ríos como cintas al final de la fiesta. Hacia la perspectiva, la superficie se vuelve transparente, diseño esmaltado que deleita el ojo, tabla de tentaciones por donde la mirada corre a más, a la invisible fuente de lo visto. Un hombre busca puertas hacia eludir la contingencia que de este lado de la tela acecha, empeñado en ganarse un lugar que no preferirá el onagro ni habitarán terrores; llama detrás de ese infinito, intenta, deslizando esperanzadas lentes, descubrir y acercar lo que se esconde, lo que debiera estar sosteniendo el milagro. Y sólo encuentra el límite otra vez y la pregunta.
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