Mittelbergheim
El vino duerme en los barriles de roble de las orillas del Rin. Me despierta la campana de la iglesia entre las viñas De Mittelbergheim. Oigo la pequeña fuente Golpear contra el brocal en el patio, el ruido De los zuecos en la calle. El tabaco secándose Bajo la cornisa y los arados y las ruedas de madera Y las laderas de las montañas y el otoño están junto a mí. Tengo los ojos cerrados todavía. No me persigas, Oh fuego, potencia, fuerza, porque es demasiado temprano. He vivido muchos años y como en este sueño Sentí que alcanzaba la frontera móvil Detrás de la cual se cumplen el color y el sonido Y unidas están las cosas de esta tierra. No me abras aún mi boca por fuerza, Permíteme confiar, creer que alcance, Déjame pararme un momento en Mittelbergheim. Yo sé que debería. Junto a mí están El otoño y las ruedas de madera y las hojas Del tabaco bajo la cornisa. Aquí y en todas partes Es mi tierra, a dondequiera que me vuelva Y en cualquier lengua escuche Una canción de niño, un diálogo de amantes. Más feliz que los otros, he de tomar La mirada, la sonrisa, la estrella, la seda doblada En la línea de las rodillas. Sereno, mirando, He de ir por las montañas en un suave resplandor del día hcia las aguas, las ciudades, las costumbres. Oh fuego, potencia, fuerza, tú que me Detienes dentro de tu mano cuyos surcos Son como desfiladeros enormes, peinados Por el viento del sur. Tú que das la seguridad En la hora del temor, en la semana de la duda, Es demasiado temprano aún, que el vino madure, Que los viajeros duerman en Mittelbergheim.
1951, Mittelbergheim, Alsacia
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