Veni creator
Ven, Espíritu Santo, doblando (o no doblando) las hierbas, posándose (o no) encima de la cabeza como una lengua de fuego cuando siegan el heno o cuando para la labranza sale un tractor en el valle de las arboledas de nogales, o cuando las nieves cubren abetos lisiados en la Sierra Nevada. Soy sólo un hombre, por eso necesito señales visibles, me canso rápidamente construyendo la escalera de la abstracción. He pedido a veces, lo sabes, que la figura en la iglesia para mí levantara la mano, una vez, la única. Pero entiendo que las señales pueden ser sólo humanas. Despierta pues a algún hombre, dondequiera en la tierra, (no a mí que sin embargo sé qué es la decencia) y permíteme que, mirándole a él, pueda admirarte a Ti.
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