Pobre poeta
El primer movimiento es cantar. La voz libre que llena las montañas y los valles. El primer movimiento es alegría. Pero ella es arrebatada. Y cuando los años cambiaron mi sangre Y mil sistemas planetarios nacieron y apagáronse en mi cuerpo, Estoy sentado aquí, poeta astuto y enfadado, Con los ojos entornados maliciosamente, Y pesando la pluma en mi mano Medito la venganza. Pongo la pluma, y brotan de ella retoños y hojas, y se cubre con flores Y el olor de estas flores es descarado porque allá en la tierra real No crecen árboles así, y es como un ultraje Hecho a los hombres que sufren el olor de este árbol. Hay quienes se refugian en la desesperación que es dulce Como un tabaco fuerte, como un vaso de vodka tomado en la hora de perdición. Otros tienen una esperanza de tontos, rosada como un sueño erótico. Otros aún encuentran paz en la idolatría de la patria Que puede durar largo tiempo Aunque no más de cuanto dura todavía el siglo diecinueve. Pero a mí me es dada la esperanza cínica, Porque desde que abrí los ojos he visto sólo resplandores de incendios y matanzas, Sólo perjuicios, humillación y ridícula infamia de los fatuos. Me es dada la esperanza de vengarme en otros y en mí mismo Porque fui yo el que sabía Y no saqué de ello para mí ningún provecho.
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