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New York revisited |
Mais cette file miraculeuse était trop belle pour vivre longtemps; aussi est-elle morte quelques jours après que j'eus fait sa connaissance, et c'est moi-même qui l'ai enterrée, un jour que le printemps agitait son encensoir jusque dans les cimetières. Fue un correo de viento por la urna barrida. Fue un tráfico de santo y seña prendido de mamas de viuda durante el aguacero. Fue un viento que volvía docenas de páginas juntas y que no entrecortó ningún resuello, sin hélices al paso. Ni sintió gotas fracturándose en hierro de ventana. Rezumaron paredes y alumbre o relámpagos pusieron en diedros salpicados la sombra relapsa de las puertas. Agarrado al ramaje, el cuadrúpedo chino indefinible y estable miró con un solo ojo crecer el aire y su sinsentido. Agregó sornas al texto burriciego, y la humedad vertical estuvo a su espalda. Ni una miga en el suelo, ni una vuelta de llave, nada para la cepa jodida, de regreso al plan ortopédico del canguro andando. Fue un viento de instinto y de cifra, abalanzándose a morder de rabia el filo de su propio escudo. Y olor a lluvia y asfalto infestó sin espinazo un boquete quirúrgico, águila de sangre al lomo. ¿Y habrá calor, calor interno que mitigue, como un historiador mamarracho, tal geometría irritable? ¿Qué intestinos de bronce desfilarán en regla frente al fragor? Un contagio de vetas y herrumbres en lugar vacío; vigencia del aire, y cáustica la frescura al preñar por último su velamen en la extensión risible, sin el salto donde el mundo termina entre un pudridero de leones ahogados. Fue de madrugada una calma sabida. Fue antes de amanecer una moderación muy fija. Fue cualquier animal indescifrable cambiando de postura en el sueño bajo la evolución que no ha entendido. El tiempo es deseo y es erección: pasa. |
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