La muerte se acerca a ti como un dulce sueño a la sombra de un dulce techo; como un vino se vierte, como un loto derrama su aroma, como el llanto de un junco, la muerte está junto a ti. Curación para el enfermo, reposo para el extenuado, la muerte es un dulce lago con remolinos de polvo en el horizonte. La muerte hincha tu vela y sopla lentamente tras de ti como el suave aliento del viento de la tarde. Los amantes navegan hacia el país lejano, y la muerte, dulce invitada, asiste al festín. Como el pajarero echa suavemente sus redes, el verano marchita la flor y se bebe el rocío. Sólo queda la sombra solitaria del ciprés donde yacen juntos, para siempre, los amantes.
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