Hizo Dios al león, al tigre hosco, Y a la hiena voraz: el diablo, al mosco! Y Arihman, encarándose blasfemo Con el creador supremo, Murmuró estas palabras: —"Tu obra admiro! Tú creaste la garra, araña horrible El encorvado pico, el diente agudo, El pulpo, mareando en lo invisible, La hiena: boca. La culebra: nudo. El rojo tigre, un Hércules de Angola, El colmillo, el tentáculo, la uña; Ese Bismarck del tiburón, la cola; Y ese dos de diciembre, la pezuña!" "Pero tu obra es la maldad infolio El elefante es casi un capitolio; La trompa es una encina que se mueve; El oso blanco, un Ararath de nieve Los búfalos, los toros, los chacales Y el mariscal Von Moltke son iguales; Todo eso es rudo, material y tosco, Yo ni garras ni dientes necesito, Tomo una sola gota de infinito Le infundo mi maldad, y te hago el mosco!" ¿Qué es el mosco en verdad? Es lo invisible Lo formidable, lo brutal, lo innúmero; El león tiene la garra, araña horrible!; Pero el mosco le vence, tiene el número! En la atmósfera azul se multiplica; Es un átomo de aire que nos pica; No sabemos si es rojo, negro o verde, Es una idea de Veuillot que muerde Le matamos y a poco resucita, Se oculta, porque el mosco es un jesuita, Pero luego zumbando se revela: Es un microbio prófugo que vuela. Obsesión! ananké! Lo interminable Zumbando eternamente en lo insondable! Ser bebido! oh terror! ser como fuente En que el mosco voraz su sed abreva Y sentir que la sangre se nos lleva Y que es vuestro pariente! ¿Qué congoja, qué angustia habrá más honda Para el poeta que sentirse fonda? No hay moscos en el cielo, el mal impera En la proscrita humanidad sombría; No hay moscos más allá, si los hubiera Júpiter inmortal se rascaría!
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* El Partido Liberal, 15-10-1885. Se publicó sin firma y atribuyéndosela al poeta francés Victor Hugo. Ver: Tola de Habich. Fernando: Museo literario dos, México, 1986, pp. 42-43. De este poema sólo se publicaba un fragmento.
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