Un ratón de nadie gato que anda en tratos con mi gata, me dijo hace poco rato: "Si no hay plata para el plato, lo dicho, me vuelvo rata". Y tiene mucha razón el caballero ratón, porque no tiene ni un peso: Y, estando el peso a tostón, no es pecado robar queso. El rata futuro y joven dice: "pues baja la plata, ¡robar para que me roben, que unos a otros joroben! y ¡zumba!, ¡y siga la rata! "La baja del metal blanco es un problema complexo que no resuelve ni el Banco; yo sí, porque soy más franco; resuelvo cambiar de sexo". Ya se ven cuerpos de alambre y hombres nada más de nombre: Si andan con piernas de estambre, digan claro: ¡Yo soy hambre! Pero no digan ¡soy hombre! El ratón tiene razón, porque quieras o no quieras hay que meterse a ladrón no es muy bonito el danzón aguanta hasta que te mueras. Al que no le va peor por lo menos le va mal. Ayer mismo un senador quiso cenarse al señor don Francisco Menocal. ¡Las tales depreciaciones son, señor, depreciaciones! No hay hombre que las aguante! saldrán hasta los ratones como ratas por tirantes! Si baja el peso en el Paso Ya no es tal peso un peso… ¡Yo no paso por el caso! ¡Pido pan, me dan pambaso! ¡Pido carne me dan hueso! El asunto, señor, es de poner en el cielo el grito ¡y todo ha ocurrido desde que vino San Expedito! Nota: La última quintilla salió cuarteta; porque le tocó la depreciación. Vale.
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* El Universal, 12-7-1893. Firmado: Recamier, dentro de la sección "Plato del día". Fuente: Contreras García, Irma, Indagaciones sobre Gutiérrez Nájera, México, 1957, pp. 66-68.
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