Versos que parecen prosa escribo en este álbum para la gentil y fresca Rosa señorita Rosa Clara. Para pintar tus hechizos merced, no posible, imploro: tener un pincel de oro hecho con tus blondos rizos. En tu cuerpo unidas vence gracias que ninguna hermana: el garbo, de gaditana; la elegancia, parisiense. Yo cuando te miro creo por tu donaire y tu chic oír la risa de Theo, ver los ojos de Judic. Quién al verte no se inspira muy pobre de ingenio es; la camelia, si te mira, será violeta a tus pies. En tu angélica hermosura late noble corazón... dime Clara, ¿por ventura no te llamas Cendrillon? ¿No eres aquella que fue modelo de amor filial? ¿Está esperando tu pie el escarpín de cristal? Hada que pasas rozando onda azul y níveas rosas, sé como las mariposas que viven siempre volando. Por lo bella y por lo buena amor siempre encontrarás; mas sigue, de gracia llena, en el nido de tu hogar.
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* 1893. Firmado: M.G.N. Fuente: Gutiérrez Nájera, Margarita, Reflejo, México, 1960, pp. 47-48.
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