La siesta de la rosa
¡Pobre de mí, que sé lo que es la rosa, éxtasis en los páramos del día: lo que es la llama, pero llama fría, lo que más huye cuanto más se acosa! Siempre que surjan vidas de la fosa y se repueble la melancolía de nuevos ángeles de poesía, la rosa es la culpable, por hermosa. Todo en la vida es rosa, ser extraño que no parece que nos hace daño y toca en lo más hondo de la llaga. Todo en la vida es rosa, si es dudosa, hasta la muerte cuando nos amaga: sólo la rosa no es mentira, es rosa.
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