Aquel blando zumbido
Oír el fragmentario galanteo de las aves que habitan la espesura, sonar el viento en una partitura que cede blandamente a su deseo. Plata fugaz y líquido gorjeo del agua que musita por la hondura imitaciones de una risa oscura y de humanada voz en escarceo. Oír después aquello que persigo, un oculto sonido más perfecto, que se produce cuando no hay testigo. Lo que tienen las voces de indirecto, una voz que no deja de ir conmigo cantando entre la causa y el efecto.
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